Conexión mente-cuerpo, fenómenos parapsicológicos y curación espiritual. Revisión.
Invest Clin 51(2): 209 - 238, 2010
Autor: Ernesto Bonilla.
Instituto de Investigaciones Clínicas “Dr. Américo Negrette”, Facultad de Medicina, Universidad del Zulia y Centro de Investigaciones Biomédicas IVIC-Zulia. Maracaibo, Venezuela. Correo electrónico: embonilla2008 @yahoo.com
Resumen
Varios procedimientos de curación mediante la actividad mental están siendo utilizados, tales como la hipnosis, la biorretroalimentación, la meditación, las visualizaciones, el manejo de las emociones y la oración. Desde la Gran Explosión (Big Bang) estamos entrelazados con todo. Esta interacción existente entre todas las cosas permitiría que los individuos puedan interactuar con las mentes y cuerpos de otras personas. El campo de la investigación parapsicológica ha conducido al estudio de eventos significativos tales como la aparición y comunicación de seres ya fallecidos, las experiencias cercanas a la muerte y las experiencias fuera del cuerpo. Luce evidente que la conciencia puede persistir en ausencia de la función cerebral. Si se acepta el modelo que asume que es la conciencia y no la materia la base de todo cuanto existe, lo que sobrevive es el espíritu o “mónada cuántica”. Se afirma que las curaciones espirituales son realizadas por médicos desencarnados, quienes diagnostican y prescriben tratamientos que generalmente corresponden a los de la medicina convencional pero, con cierta frecuencia, utilizan también procedimientos desconocidos por la medicina moderna, basados en el manejo de campos energéticos que apenas están siendo estudiados por la física. Casos emblemáticos del ejercicio de la medicina espiritual lo representaron los médiums Ze Arigo, George Chapman y Bárbara Guerrero (Pachita) y actualmente el médium brasileño Juan de Dios. El reporte de casos de fenómenos paranormales es muy importante para el avance de la parapsicología, porque no está claramente establecida cual aproximación, la cualitativa o la cuantitativa, es mejor para la comprensión y el desarrollo en este campo.
CONSIDERACIONES HISTÓRICAS
La historia de la medicina está llena de momentos embarazosos durante los cuales evidentes medidas preventivas o curativas de diversas enfermedades contaron con el rechazo y la burla del establecimiento médico de la época. Por ejemplo, Edgard Jenner (1749-1823), descubridor de la vacuna contra la viruela, inició toda una era de la inmunología. Este es un hecho ampliamente conocido. Sin embargo, la Sociedad Real de Inglaterra, grupo científico de excelencia, rechazó su propuesta “porque (Jenner) no debía arriesgar su reputación presentando a los académicos algo que parece estar en desacuerdo con el conocimiento establecido y además es increíble” (1). Afirmaciones que una vez fueron consideradas heréticas hoy forman una parte importante de la ortodoxia científica. Cuando William Harvey (1578-1657) presentó su teoría de la circulación de la sangre recibió el apodo de “cerebro agrietado” por sus compañeros científicos europeos (1). El cirujano inglés Joseph Lister (1827-1912), quien introdujo los antisépticos en las salas de cirugías, salvando millones de vidas, fue ignorado inicialmente porque su teoría de la infección por gérmenes contrastaba con las creencias científicas de la época que consideraban a las infecciones como producidas por el mal aire ambiental. Algunos de sus colegas llegaron al extremo de lanzar los instrumentos quirúrgicos al suelo, pisotearlos y ensuciarlos para demostrar que podían operar con instrumentos sucios sin mayores consecuencias para sus pacientes (1).
Lord Kelvin (1824-1907), matemático y físico inglés, Presidente de la Sociedad Real de Inglaterra y conocido ampliamente por sus trabajos sobre el calor y la electricidad, declaró enfáticamente que los rayos X no existían (1). LeShan (2) refiere que Alexander Von Humboldt, uno de los más grandes naturalistas de los siglos precedentes, afirmó que no aceptaba la existencia de los fenómenos psíquicos: ¨Ni los testimonios de todos los miembros de la Sociedad Real, ni las evidencias de mis propios sentidos, podrían llevarme a creer en la transmisión del pensamiento de una persona a otra, independientemente de los canales reconocidos de los sentidos. Es claramente imposible¨. Este es un ejemplo de un gran científico que afirmaba que sabía tanto sobre la realidad que el universo no tenía secretos para él. Por ello, es importante señalar que lo que luce posible en una teoría metafísica (una teoría acerca de la realidad) es imposible (paranormal) en otra. En efecto, lo que es perfectamente normal en el nivel subatómico, por ejemplo que un electrón salte de una órbita a otra sin cruzar el espacio entre ellas, se denomina teleportación, en el nivel macro o molecular. La teleportación es generalmente considerada como paranormal. El hecho de que un electrón pueda atravesar dos orificios en una placa, simultáneamente, sin dividirse, es perfectamente normal para la física cuántica. Pero, en la vida diaria a este efecto se le llama bilocación, que es un fenómeno paranormal.
No podemos explicar un fenómeno que ocurre en un sistema metafísico en el cual tal evento es “imposible”. Si un evento parece preceder a su causa (precognición) tenemos que explicarlo utilizando un sistema en el cual puede ocurrir. Desde este punto de vista, los espiritistas y los teólogos fueron más acertados que los científicos cuando aquellos trataron de explicar los eventos paranormales señalando que los espíritus o Dios los producían. Tomaron entidades de otros sistemas metafísicos para explicar fenómenos que no podían ser entendidos siguiendo los lineamientos de nuestros sistemas metafísicos de las ciencias, tal como los concebimos hoy (2). Los ejemplos citados anteriormente nos muestran que la ciencia no es un conjunto de verdades inmutables, sino un método de búsqueda de la verdad. Los científicos pueden ser tan dogmáticos y autoritarios como el público general y tienen la tendencia a encontrar lo que esperan ver o encontrar en sus experimentos. La verdad científica, por consiguiente, refleja la visión mayoritaria de la comunidad científica y no necesariamente la verdad inmutable (3). Los científicos pueden olvidar que la realidad existe también fuera del laboratorio.
La geología, la astronomía, la antropología y la paleontología, abandonaron esa concepción y han progresado extraordinariamente en los últimos años. Existen campos científicos en los cuales las palabras ¨experimentos repetibles¨ son inaceptables; en efecto, los fenómenos paranormales, como las experiencias fuera del cuerpo, las experiencias cercanas a la muerte y la precognición, son un ejemplo de ello (4). De igual forma, no vamos a lograr un experimento repetible en astronomía, oceanografía o en geología. De nuevo, en la ciencia, la teoría debe inclinarse siempre ante los hechos. Los experimentos doble ciego no son un requerimiento necesario para ver la realidad. Tanto la penicilina como la aspirina, dos drogas modernas, ampliamente y exitosamente utilizadas por la comunidad médica, fueron aceptadas y utilizadas sin haberse realizado previamente un estudio doble ciego. El no entender el mecanismo de acción de una droga efectiva no significa que su actividad terapéutica no sea real. Lo que un científico honesto y apegado a la verdad debe hacer en relación a un hecho desconocido es examinar, sin prejuicio o preconceptos, todas las evidencias disponibles sobre ese hecho, utilizando las herramientas científicas que existen. Una vez que se haya establecido que un evento particular “imposible¨ ha ocurrido, la ciencia ha desarrollado un método para tratar con el problema. No cambiamos nuestra definición de la realidad. En su lugar limitamos el campo en el cual nuestra definición de la realidad es válida.
La revolución científica liderada por Niels Bohr, Max Planck y Albert Einstein fue en parte exitosa porque limitó la realidad newtoniana a aquellas áreas de la experiencia que podían ser, al menos teóricamente, percibidas por los sentidos o por las extensiones mecánicas de los sentidos.
EFECTO PLACEBO
Dossey (5) refiere que hasta el siglo XX, tanto los médicos como sus pacientes aceptaban que la mente podía influenciar la evolución de un tumor canceroso. Sin embargo, la atención científica actual se ha enfocado únicamente en la materia, hasta el punto que la mente poco cuenta y el espíritu no existe. Pero las evidencias sobre la influencia de la mente en el cuerpo son extensas. Tenemos, por ejemplo, el efecto placebo que se define como la respuesta fisiológica o psicológica a una tableta, inyección o a una intervención quirúrgica que no puede ser atribuida a las propiedades del tratamiento dado y, por lo tanto, es debida a la creencia del paciente en la efectividad del mismo.
En un estudio clínico doble ciego, Allington (6) demostró que el tratamiento con sulfarsfenamina de las verrugas cutáneas de origen viral, logró un 53% de curación en 105 pacientes. Pero en otros 120, que recibieron sólo agua destilada coloreada como placebo, el porcentaje de curación fue de 48%, casi tan efectivo como la droga ensayada. El poder de la mente para eliminar una verruga de etiología viral tiene una gran significación por la posibilidad de tratar un gran número de enfermedades de la misma etiología mediante el uso del poder mental.
En una famosa investigación realizada en la Universidad de Harvard en 1955, se analizaron 15 experimentos doble ciego en una población de 1082 sujetos. Se encontró que el simple efecto placebo produjo una tasa de curación del 35% en una amplia variedad de problemas médicos, incluyendo entre otros el dolor postoperatorio, cefaleas, resfriado común, dolores anginosos, mareos y náuseas (7).
Benson y McCallie (8) revisaron la historia de más de una docena de tratamientos médicos utilizados para la angina pectoris, los cuales incluían extractos de músculo cardíaco, extractos pancreáticos, varias hormonas, irradiaciones con rayos X, anticoagulantes, inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO), tiroidectomías, yodo radioactivo, simpatectomías, vitaminas, colina, meprobamato, ligadura de la arteria mamaria interna y veneno de cobra. Los autores notaron que varias de esas terapias comenzaron siendo muy efectivas, pero luego fueron abandonadas porque no tenían ningún efecto sobre la angina. Según ellos el efecto placebo fue lo que inicialmente hizo a estas terapias efectivas. Por esta razón, recomendaron que no se ridiculizara el efecto placebo porque es muy barato, seguro y ha perdurado a lo largo de la historia de la humanidad.
Se ha dicho que la historia de la Medicina es básicamente la historia del efecto placebo (7).
EL PODER DE LA MENTE
Varios procedimientos de curación mediante la actividad mental están siendo utilizados por millones de personas en un intento de canalizar el potencial que tiene la mente para sanar el cuerpo. Entre ellos, vale la pena destacar a la hipnosis, la biorretroalimentación, la meditación, las visualizaciones, el manejo de las emociones y la oración, que es una forma de curación utilizada desde tiempos inmemoriales que está llamando la atención de los científicos interesados en la salud de los seres humanos (9-12).
El poder de la mente durante el trance hipnótico ha sido usado exitosamente, desde hace cientos de años, para tratar numerosas condiciones mentales y físicas, entre ellas el dolor. Gracias al médico austríaco Franz Mesmer (1734-1815), el procedimiento comenzó a llamar la atención del mundo occidental a finales del siglo XVIII. Su teoría del “magnetismo animal” eventualmente fue descartada. Su discípulo, el Marqués de Puységur, exploró el trance hipnótico en una variedad de experimentos y describió muchos de los rasgos asociados modernamente con la hipnosis. Debido a la fama de Mesmer a este fenómeno se le llamó Mesmerismo (1). La hipnosis puede acelerar la curación de heridas, mejorar o eliminar el herpes, la soriasis, dermatitis, ictioderma, el asma bronquial, las alergias, la gastritis, etc. La piel es especialmente sensible a la sugestión hipnótica, posiblemente por el origen ectodérmico de esta estructura y del sistema nervioso. Mediante la hipnosis es posible producir inflamación localizada en la piel y la aparición de ampollas (13).
En India, usando sólo la hipnosis como anestésico, Esdaile practicó cientos de intervenciones quirúrgicas: amputaciones de brazos, piernas, dedos y mamas, operaciones de cataratas, extracciones dentales y de tumores de diferentes órganos (14). Como no todos los individuos pueden lograr la profundidad del trance hipnótico requerida para practicar este tipo de operaciones, el cloroformo, el éter y los anestésicos modernos desplazaron a la hipnosis, pero esta última logró demostrar, sin lugar a dudas, el poder que tiene la mente para controlar el dolor.
Otra manera de aumentar el efecto de la mente sobre el cuerpo es mediante el entrenamiento de biorretroalimentación. Utilizando esta técnica, la mente ha demostrado su habilidad para controlar la presión arterial. También se ha usado para controlar músculos aislados o en grupos durante el tratamiento de espasmos faciales y de los párpados, cefaleas tensionales y migraña. La NASA ha utilizado la biorretroalimentación para enseñar a los astronautas a controlar los mareos y otras 20 respuestas fisiológicas (1).
Otra técnica que ha demostrado su efectividad para mejorar el control mental sobre el cuerpo es la meditación, utilizada por los indios, japoneses, chinos y tibetanos desde hace más de 500 años. Benson (15) estudió a tres monjes tibetanos quienes practicaban una forma de meditación llamada g Tum-mo. Los monjes se cubrieron con una túnica mojada con agua fría y se sentaron a meditar por 55 minutos en una habitación fría, sin calefacción, usando su mente para aumentar su temperatura corporal. Los tres monjes produjeron dramáticos aumentos de la temperatura corporal que oscilaron entre 5 y 8°C. Simonton (9), además de utilizar los tratamientos convencionales para el cáncer (radiaciones, quimioterapia y cirugía), ha usado la relajación y las técnicas de visualización. Al paciente se le pide meditar tres veces al día durante 15 minutos en la mañana al levantarse, en el mediodía y en la noche antes de acostarse. En el ejercicio de la meditación, los primeros dos minutos son usados para relajarse. Cuando el cuerpo está completamente relajado, el paciente visualiza una escena pacífica de la naturaleza. Un minuto después, comienza su labor de visualización. Primero, se concentra en su cáncer. Luego, visualiza a sus mecanismos inmunes recogiendo las células muertas. Al paciente se le instruye para visualizar un ejército de glóbulos blancos acudiendo al tumor y expulsando las células malignas que han sido debilitadas por el tratamiento médico convencional. Finalmente, antes de terminar la meditación, el paciente se percibe a si mismo en perfectas condiciones de salud. Los enfermos son instruidos en los principios generales de los mecanismos inmunes y se le muestran fotografías de otros pacientes cuyos tumores son visibles y están respondiendo al tratamiento.
En un estudio de 152 pacientes, Simonton encontró mayor éxito en los más optimistas y comprometidos con el proceso terapéutico.
Dossey (16) revisó más de 100 experimentos científicos, sobre el poder de la oración y encontró que en la mitad de ellos se demostró su efectividad para producir cambios significativos en los seres humanos. Sin embargo, le sorprendía que estas evidencias científicas sobre el efecto de la oración fueran poco conocidas por la comunidad médica por lo que concluyó que el conocimiento que no encaja en las ideas prevalentes es ignorado, sin considerar lo válido que sea desde el punto de vista científico.
Fuera del laboratorio, se han documentado curaciones “milagrosas” que representan una clara evidencia del poder de la fe y la oración para sanar el cuerpo (1). ¿Cómo funciona la oración? Cuando se ora por otros, con pureza en la intención, la conciencia colapsa simultáneamente las intenciones curativas en la mente (como sucede en la telepatía). De allí en adelante, el mismo proceso de curación cuántica funciona como en la autocuración. Por lo tanto, esta clase de curación a distancia también envuelve la autocuración (17).
La física cuántica nos permite entender fenómenos observados en la práctica médica tales como la curación espontánea (creatividad cuántica), la curación mediante la oración a distancia (no-localidad cuántica), autocuración y curación espiritual (causación descendente con intención pura) (17). La medicina china es cuántica porque utiliza las características de ondas cuánticas (yang) y partículas cuánticas (ying) del Chi (energía vital, prana, ki) para clasificar los desbalances de la energía vital y la representación de los órganos en los campos morfogenéticos vitales (17).
En China existe el Hospital Huaxia Zhineng Qigong, fundado por el Dr. Pang Ming quien es un médico entrenado en medicina occidental y china y además es un Gran Maestro de Qigong. El hospital utiliza, con gran éxito, métodos no tradicionales de tratamiento. La clave para la curación de las enfermedades radica en la habilidad para enfocar las emociones y la energía chi en nuestro cuerpo o en el de otra persona con una gran compasión y sin ningún tipo de invasión. Un caso descrito por Braden (18) correspondió a una mujer que acudió a la clínica con un tumor maligno de vejiga. La paciente, completamente consciente, fue acostada en una camilla. Tres médicos (maestros) se colocaron detrás de ella mientras que otro, situado delante, le practicaba una ultrasonografía abdominal. Los maestros comenzaron a repetir las palabras de un mantra: “disuélvase, recupérese”. En cuestión de minutos comenzó a disminuir el tamaño del tumor, hasta desaparecer. A este procedimiento se le denomina ChiLel y fue desarrollado por el Dr. Pang, basándose en el concepto milenario del Qigong (Chigong, Chi Kung) y los de la medicina moderna.
El ChiLel consiste de cuatro preceptos.
1) La creencia de que el Chi o energía de la vida puede curar todas las enfermedades. Los estudiantes (a los pacientes se les llama estudiantes porque están aprendiendo una técnica de autocuración) aumentan su fe en el Chi mediante el estudio de los testimonios de pacientes que se han recuperado después de sufrir enfermedades graves.
2) La curación en grupo; antes de comenzar el ChiLel, el maestro sincroniza verbalmente el pensamiento del grupo para obtener el Chi del universo y transformarlo en un campo de energía curativa.
3) La curación con el Chi; el maestro obtiene la energía Chi del universo y se la transmite a cada enfermo para facilitar su curación.
4) La práctica; los enfermos aprenden los movimientos del ChiLel y lo practican continuamente. Cuando el paciente entra a este hospital es diagnosticado por un médico (maestro) y asignado a una clase de 50 o más personas por un período de 24 días de tratamiento. Pasa la mayor parte de su tiempo practicando ChiLel (8 horas diarias) sin ver televisión, sin leer la prensa y sin teléfono.
Las estadísticas de esta clínica muestran una tasa de éxitos de 95% en un estudio que duró 5 años. El Dr. Pang recuerda a sus estudiantes que lo que es incurable en la medicina convencional no necesariamente significa que es incurable. Enseña que cuando el Chi se concentra aparece la materia y cuando se dispersa, ésta desaparece. Por lo tanto, cuando el Chi se concentra en forma anormal aparece el cáncer y cuando esta concentración se dispersa, el cáncer desaparece. El Chi no tiene color ni forma y exhibe propiedades de la materia, de la energía y de la información. Por ejemplo, una célula viviente, en un nivel tiene membrana, núcleo, retículo endoplasmático, ribosomas; en otro nivel contiene moléculas, átomos, protones y electrones, y en otro nivel se presenta como energía. Finalmente, alcanza un nivel en el cual se manifiesta como materia, energía e información.
Según el Dr. Pang, como el chi contiene información, responde a nuestros deseos. Si bien es cierto que las células cancerosas están hechas de un chi anormal, como el chi responde a nuestros deseos, es posible ordenarles que se dispersen para que el cáncer se desintegre. Esta doctrina es la que enseña el Dr. Pang a los maestros y estudiantes de este hospital de ChiLel-Qigong (www. Chilel-qigong.com).
La utilización de la hipnosis, biorretroalimentación, meditación y oración ha permitido demostrar que Descartes estaba equivocado. La separación entre el cuerpo y la mente es un mito porque ésta puede producir efectos en el cuerpo físico. Existe toda una red de comunicación psicosomática que mantiene unida la mente al cuerpo. Nuestros pensamientos, sentimientos, creencias, deseos e intenciones crean emociones que producen la descarga de mensajeros químicos (neuropéptidos) que se difunden en todas las células del cuerpo y actúan sobre el sistema nervioso autónomo, debilitan o fortalecen el sistema inmune y originan cambios hormonales que afectan el cuerpo. En síntesis, las emociones producidas por nuestros pensamientos son el puente entre el mundo físico y el mental (19).
Ya Williams James, a finales del siglo XIX afirmaba que “ninguna modificación en la mente ocurre que no sea acompañada o seguida por un cambio corporal” (20). Cien años más tarde, Cousin (1989) resumió la visión moderna de la interacción mente-cuerpo con la frase “la creencia se transforma en biología” (20).
INTENCIÓN A DISTANCIA. ACCIÓN TELESOMÁTICA
Desde la Gran Explosión (Big Bang) estamos entrelazados con todo, por lo cual, en principio, podemos interactuar mentalmente con todo (21). Pero, como el entrelazamiento crece proporcionalmente al número de interacciones, es más probable que percibamos información local en tiempo y espacio que los eventos que ocurrieron hace millones de años o a una distancia de millones de años luz (22). Esta interacción existente entre todas las cosas permitiría que los individuos puedan interactuar con las mentes y cuerpos de otros. La mente consciente de una persona puede producir efectos repetibles y medibles en el cuerpo de otra (12). Estos efectos son conocidos como telesomáticos. Una modalidad de estos efectos es la curación a distancia. El sanador actúa sobre el paciente enviándole energías o informaciones curativas. El sanador y el paciente pueden estar directamente en contacto o separados por kilómetros, porque la distancia no parece afectar el resultado. A esta práctica médica se le ha denominado Medicina no-local de la Tercera Era, en contraste con la Medicina psicosomática de la Segunda Era (23).
La acción telesomática ejecutada por una persona lejana es similar y tan efectiva como la acción psicosomática realizada por el individuo sobre sí mismo.
CAMPO AKÁSHICO
La existencia del campo de información universal llamado campo Akáshico (24) explicaría el fenómeno de la no localidad de las más pequeñas y las más grandes unidades medibles del universo, la coherencia entre organismos vivientes y con el medio donde viven y la coherencia del cerebro humano con la conciencia asociada a él y con el cerebro y la conciencia de otros seres humanos. El campo Akáshico de información es la explicación lógica de la coherencia no-local, de la forma misteriosa mediante la cual los cuantos se conectan a través del tiempo y del espacio. Esta información es una conexión sutil, instantánea y no energética entre objetos situados en diferentes sitios en el espacio y entre eventos que se suceden en diferentes tiempos. Estas conexiones se denominan ¨no-locales¨ en las ciencias naturales y ¨transpersonales¨ en la investigación de la conciencia. La información conecta cosas (partículas, átomos, moléculas, organismos, ecologías, sistemas solares, galaxias) y las mentes y conciencias asociadas con ellas, sin importar cuánto tiempo ha transcurrido desde que esas conexiones fueron creadas (24). Al igual que otros campos conocidos en la física moderna, tales como los campos gravitacional, electromagnético y cuántico, el campo de información o Akáshico no puede ser oído, tocado, ni visto.
El espacio no está vacío y lo que se ha llamado el vacío cuántico es, de hecho, un pleno cósmico (Akasha). Gracias a la información conservada y transmitida por el campo Akáshico, el universo es coherente. Todo lo que sucede en un sitio sucede también en otro lugar; todo lo que pasa en un tiempo también sucede en los tiempos siguientes. Nada es ¨local¨, limitado al dónde y cuándo está sucediendo. Todas las cosas son globales, cósmicas, porque todo está conectado y la memoria de todas las cosas se extiende a todos los lugares y tiempos (24). Edwin Schrodinger, uno de los fundadores de la teoría cuántica, utilizó la palabra entrelazamiento (entanglement) para referirse a las conexiones existentes entre partículas, que persisten independientemente de la distancia entre ellas. Los físicos creen ahora que el entrelazamiento entre partículas existe en todas partes, todo el tiempo y han demostrado recientemente que también afecta el mundo macroscópico que habitamos (25). Se ha especulado, inclusive, que se extiende a todo el universo, porque toda la energía y la materia emergieron de la Gran Explosión (22). Por lo tanto, es posible asumir que nuestros cerebros y mentes también están entrelazados.
A pesar de que está siendo más aceptada la idea de que la mente puede afectar el cuerpo, el mecanismo de esa acción sigue siendo un misterio. Si la mente actúa no sólo sobre su propio cuerpo sino también sobre otros al proceso se le ha denominado “interacción mental a distancia con organismos vivientes”. Cuando la intención de la mente es beneficiar, a distancia, la condición psicológica o fisiológica de otro individuo, al proceso se le denomina “curación mental a distancia”.
Algunas de las variantes de esta última son la curación espiritual, la curación por la fe, la curación divina y la terapia bioenergética. A diferencia de las técnicas de curación local tales como la imposición de las manos sobre el área afectada del paciente, en la curación mental a distancia el practicante dirige a distancia sus pensamientos o intenciones curativas a un paciente (26, 27). En los últimos setenta años, se han utilizado varios métodos para el estudio del efecto de la intencionalidad a distancia sobre los organismos vivientes.
En 1929, el psiquiatra alemán Hans Berger inventó la electroencefalografía para saber si la telepatía podía explicarse por cambios en las ondas cerebrales (28, 29). A pesar de que no tuvo éxito en su intento de explicar una experiencia telepática que había experimentado su hermana, sus estudios establecieron las bases de las neurociencias modernas y a este investigador se debe no sólo el desarrollo del electroencefalograma (EEG) sino también el descubrimiento de los mecanismos básicos utilizados en los equipos de emisión de positrones y en la resonancia magnética funcional.
Fisiólogos experimentales en la extinta Unión Soviética realizaron, en los años 20 y 30 del siglo XX, experimentos bien diseñados y ejecutados, que demostraron la influencia mental. Estos investigadores reportaron la influencia directa sobre la actividad motora, imágenes visuales, sensaciones, sueño, vigilia y reacciones fisiológicas (cambios en la respiración y en la actividad electrodérmica) en personas situadas en lugares remotos protegidas de cualquier interacción convencional (30).
Durante este período hubo también investigadores franceses que inducían hipnosis a distancia. En Holanda, se realizaron experimentos sobre la influencia remota sobre la actividad motora (31). Desde entonces, se han ejecutado cientos de experimentos relacionados con la influencia mental a distancia sobre los sistemas biológicos. No obstante las diferencias en la base de datos de más de 150 estudios, los experimentos comprenden dos categorías esenciales (32). La primera consiste de estudios en los cuales un sanador intenta influenciar y mitigar un proceso patológico en un organismo con el fin de aumentar su vitalidad o disminuir su morbilidad. Una segunda categoría de intencionalidad a distancia sobre sistemas vivientes comprende la medición de procesos normales o conductas en los organismos; por ejemplo, los efectos, a largo plazo, en el crecimiento de plantas o cultivos celulares y cambios tempranos en la conducta o en la actividad fisiológica (30-33).
En 1959, el médico checo Stepan Figar midió el flujo sanguíneo en los dedos de pares de individuos aislados con el objeto de investigar las conexiones telepáticas inconscientes. En estos estudios las personas desconocían el propósito del experimento. Encontró que cuando a una de las personas se le pedía que realizara mentalmente una operación aritmética, la presión arterial de la otra variaba considerablemente (34).
Tart (35) midió la conductancia eléctrica, el volumen sanguíneo, la frecuencia cardiaca y el reporte verbal en un estudio realizado entre un emisor y un receptor. Tart, actuando como emisor, recibió choques eléctricos al azar para investigar si el receptor, situado a distancia, podía detectar esos eventos. El receptor reaccionó significativamente a esos choques remotos, pero no hubo evidencias de que estuviera consciente de esos eventos. Algunos autores observaron cambios significativos en el volumen sanguíneo del dedo del receptor cuando el emisor, situado algunas veces a kilómetros de distancia dirigía pensamientos cargados de emoción al receptor (36-38).
Grinberg-Zylberbaum y col. (39-41), reportaron una serie de estudios en Mexico, en los cuales detectaron respuestas cerebrales simultáneas en los EEG de pares de personas separadas físicamente. Wackerman y col. (42) lograron replicar estos estudios exitosamente y concluyeron que ningún mecanismo biofísico conocido hasta entonces podría ser responsable de la correlación observada entre los EEG de dos sujetos separados.
Similares resultados han sido obtenidos en otros estudios (43-45). Grad (46) agregó solución salina a semillas de plantas que habían sido tratadas por un sanador. En este estudio, cuidadosamente diseñado y doble ciego, demostró que las semillas tratadas brotaban y las plantas crecían exitosamente a diferencia de las semillas control, colocadas también en solución salina pero no tratadas por el sanador.
Nash (47) demostró, en estudios controlados y doble ciego, que el crecimiento de bacterias podía ser influenciado por la intención.
En 1990, Braud (48) observó una reducción ampliamente significativa, atribuible al efecto de la intención, en la velocidad de hemólisis de eritrocitos colocados en tubos de ensayo que contenían una solución salina. Los tubos estaban situados en una habitación distante del operador. Braud y col (48-50) realizaron numerosos estudios de personas que intentaban influenciar el sistema nervioso de receptores remotos. En 1991, Braud y Schlitz (51) resumieron 37 estudios efectuados hasta esa fecha, que utilizaron 7 respuestas fisiológicas diferentes, tales como la presión arterial y los temblores musculares. Los 37 experimentos dieron una probabilidad de más de 100 millardos a 1, proporcionando un gran apoyo a la idea de que las personas pueden responder inconscientemente a influencias distantes. En todos estos estudios el receptor estaba conectado a cables unidos a un monitor que medía continuamente la conductancia electrodérmica para detectar fluctuaciones inconscientes en sus emociones. El emisor era instruido para que calmara o excitara al receptor situado en un sitio distante. En momentos seleccionados al azar, el emisor dirigía su atención a otro sitio para proveer un período control sin influencia mental.
Resultados similares fueron reportados por otros autores (52-55). En el año 2004, Schmidt y col. (56) publicaron una meta-análisis de 40 investigaciones relacionadas con la influencia mental directa en los organismos vivientes. Reportaron 1055 sesiones individuales conducidas entre los años 1979 y 2000. Los resultados fueron ampliamente significativos (p<0.001). Concluyeron que no puede descartarse la existencia de alguna anomalía relacionada con la intención a distancia. Existe un vasto cúmulo de evidencias a favor de que la conciencia puede manifestarse a distancia, en forma relevante para la salud humana (5).
Grad y col. (57) reportaron que heridas producidas en la piel de ratones sanaban más rápidamente cuando eran tratadas por sanadores. En 1970, Grad (58) demostró que los sanadores eran capaces de reducir el crecimiento de tumores cancerosos en animales de laboratorio. Wirth (59), trabajando con humanos voluntarios a quienes les produjo una herida en la piel antes de ser tratados por sanadores, observó que las heridas sanaban muy rápidamente El análisis estadístico reveló que la velocidad de curación de las heridas en el grupo tratado por los sanadores fue significativamente mayor que en el grupo control, que no recibió la intención de curación.
Byrd (60) realizó un estudio controlado y al azar en 393 pacientes admitidos por dolor torácico o por infarto del miocardio durante un período de 10 meses en la Unidad de Cuidados Coronarios del Hospital General de San Francisco, California. Los 192 pacientes que recibieron oraciones a distancia evolucionaron mejor en varios parámetros: menos resucitaciones cardiopulmonares, menos medicamentos y menor incidencia de edema y de neumonía que el grupo control de 201 pacientes que no habían recibido ninguna plegaria. Este grupo de enfermos requirió de asistencia ventilatoria, antibióticos y diuréticos más frecuentemente que los pacientes que fueron objeto de las oraciones a distancia. La diferencia fue estadísticamente significativa (p<0,001).
En 1997, Schlitz y Braud (61) analizaron 19 experimentos en los cuales una persona trataba de influenciar la actividad electrodérmica de otra y encontraron resultados muy significativos (p<0,0000007).
En el Centro Médico Pacífico, de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, se realizó un estudio doble ciego en 40 pacientes con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) que recibieron intenciones de curación a distancia, generalmente mediante oraciones. A los 6 meses, el grupo que las recibió tuvo una menor incidencia de enfermedades asociadas al SIDA (p=0,04), menos y más cortas hospitalizaciones (p=0,04), menos visitas al médico (p=0,01) y mejores resultados en las pruebas psicológicas (p=0,02). No se observó ninguna correlación entre los resultados clínicos y las creencias de los pacientes que estaban recibiendo o no las intenciones u oraciones sanadoras. No se detectaron diferencias en los valores de CD4+ entre ambos grupos. Los resultados obtenidos apoyaron la hipótesis de que la oración a distancia afectó positivamente la evolución del SIDA y sugieren la necesidad de continuar con este tipo de investigaciones (62).
Harris y col. (63) realizaron un estudio doble ciego en la Unidad de Cuidados Coronarios del Instituto del Corazón, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Kansas. Observaron que los 466 pacientes que recibieron las plegarias asignadas, diariamente durante 4 semanas, tuvieron una evolución clínica significativamente mejor que el grupo control (524 pacientes).
En el año 2000, Astin y col. (64) publicaron una meta-análisis de 23 estudios controlados de curación a distancia, hechos al azar. Encontraron resultados positivos en el 57% de los casos. Krucoff y col. (65), en el Centro Médico de Duke, reportaron otro estudio doble ciego y controlado en el cual se utilizaron grupos de oración situados en diferentes partes del mundo, para orar por enfermos sometidos a cateterismo cardíaco y angioplastia, Los pacientes receptores de las oraciones tuvieron de 50 a 100% menos complicaciones (hemorragias, arritmias, muertes, etc.) que los individuos que no las recibieron.
Una investigación doble ciego realizada en 219 mujeres de 26 a 46 años de edad, sometidas a fertilización in vitro y transferencia de embriones en una clínica de Seúl, Corea del Sur, reveló que el grupo que recibió las oraciones de personas que vivían en Estados Unidos, Canadá y Australia, tuvo el doble de embarazos exitosos que las mujeres del grupo control. El resultado fue estadísticamente significativo (p<0,001) (66).
En el año 2002, Benor (67) revisó 61 estudios de curación a distancia y consiguió efectos positivos significativos en humanos, animales y plantas.
Jonas y Crawford (68) revisaron 2300 reportes relacionados con la curación eespiritual, la medicina por energía y el efecto de la intención. Incluyeron 122 estudios de laboratorio, 80 ensayos controlados y al azar, 128 resúmenes o revisiones, 95 reportes de observaciones, 271 reportes de casos y 1286 escritos diferentes, opiniones, anécdotas, cartas al editor, comentarios y libros escogidos. Utilizando criterios muy estrictos le dieron la más alta calificación a los estudios sobre la interacción mente-materia, seguidos de los relacionados con la oración a distancia.
Achterberg y col. (69) estudiaron 11 sanadores. Cada uno de ellos seleccionó a una persona conocida, por quien sentía simpatía y compasión, como el receptor de sus esfuerzos de curación a distancia. Los sanadores tenían una experiencia de más de 23 años realizando esa actividad. Describieron sus esfuerzos de curación como el envío de energía, buenas intenciones o pensamientos y oraciones por la salud del receptor, quien estaba colocado dentro de un equipo de resonancia magnética funcional, aislado de cualquier forma de contacto con el sanador, quien dirigía sus intenciones con intervalos de 2 minutos, escogidos al azar. Durante el período de curación, las áreas del cerebro más activadas fueron las cortezas cingulada anterior y media, el precúneo y las áreas frontales. La diferencia fue estadísticamente significativa (p<0,00127).
Los hallazgos sugieren que las intenciones de curación pueden ejercer efectos comprobables en el receptor y que la empatía entre el sanador y el receptor es una parte importante del proceso de curación.
El lado oscuro que tiene la curación a distancia es el miedo a que se utilicen estas técnicas para hacer daño, como se ha observado en algunas sociedades primitivas. Una posibilidad particularmente intrigante es que las influencias remotas de la intencionalidad pueden ocurrir no sólo no-localmente con respecto al espacio, como se ha demostrado en los estudios antes señalados, sino que también sean efectivas no-localmente con respecto al tiempo (22, 70-75).
FENÓMENOS PARAPSICOLÓGICOS
La Asociación Parapsicológica, afiliada a la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, define a la Parapsicología como el estudio científico de tres clases de eventos no comunes: la percepción extrasensoria (telepatía, clarividencia, precognición y presentimiento), la interacción mente-materia y los fenómenos que sugieren la sobre vivencia después de la muerte corporal, incluyendo las experiencias cercanas a la muerte, las apariciones y la reencarnación (www.parapsych.org).
El campo de la investigación psíquica se hizo más conocido en la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX, porque la popularidad del espiritismo (76-79) condujo a muchos científicos a investigar estos fenómenos extraños. Tales estudios produjeron dos clases de información.
En primer lugar, los eventos significativos tales como la aparición y la comunicación de seres ya fallecidos, las experiencias cercanas a la muerte, la precognición y los fenómenos ¨poltergeist¨ o ruidos y movimientos extraños producidos aparentemente sin una causa física inmediata. Todos ellos tienen un importante significado, aunque lo desconozcamos, y han sido catalogados por Jan Ehrenwald como ¨eventos determinados por la necesidad¨ (4).
La segunda clase de fenómenos parapsicológicos son los producidos en el laboratorio, como la clarividencia, la telepatía y la adivinación de las cartas o de números al azar, en los cuales se busca que la suma de los aciertos sea estadísticamente significativa. Si al sujeto bajo estudio se le informa que ha adivinado correctamente una secuencia de cartas (80) o de números, esa adivinación no tendrá ningún significado especial en su vida diaria. Estos últimos son los fenómenos que se han denominado “eventos determinados por el error”, los cuales pueden ser cuantificados y susceptibles de analizar en el laboratorio (4). A diferencia de los fenómenos “determinados por el error”, los “fenómenos determinados por la necesidad” no son producidos por demanda en el laboratorio y, por consiguiente, no pueden ser cuantificados.
El poco interés demostrado en los eventos paranormales determinados por la necesidad, a favor de los fenómenos determinados por el error, logró que los investigadores se sintieran “más científicos”, aun cuando no se ganaron la aceptación de la comunidad científica internacional que ha reaccionado a la información aportada por la investigación parapsicológica en forma parecida a la del granjero que al ver una jirafa por primera vez exclamó: “no existe semejante animal”. De hecho, lo que un científico no debe decir es que “tal fenómeno es imposible” porque “viola las leyes de la naturaleza”. Aquí vale recordar la frase de San Agustín: “no existen milagros que violen las leyes de la naturaleza. Existen sólo eventos que violan nuestro conocimiento limitado de las leyes de la naturaleza” (2). Mientras más aprendamos sobre las leyes que explican los fenómenos parapsicológicos más se acrecentará nuestra visión de la realidad.
Según Radin (22), después de un siglo de sofisticadas investigaciones y más de 1000 estudios controlados (1270 sesiones sobre el sueño, 3145 sobre telepatía Ganzfeld, 34.097 sobre la “consciencia de ser observado”, 1055 sobre detección inconsciente de ser observado, 2.6 millones de experimentos psicocinéticos con dados, 1.100 millones de experimentos psicocinéticos con generadores de números al azar con probabilidades de 10104/1 existen fuertes evidencias de la existencia de los fenómenos psíquicos. Estos resultados estadísticos impresionantes significan que ellos no son debidos a una simple coincidencia.
Es muy probable que a medida que los avances de la física continúen refinando nuestro conocimiento de la realidad, se irá encontrando una explicación racional para estos fenómenos. Se ha estimado que todos los fondos utilizados, a través de la historia, en la investigación parapsicológica equivalen a apenas 0,43 segundos de lo que se consume en un día para la investigación sobre el cáncer (22). El obstáculo para conseguir un mayor financiamiento para la investigación de estos fenómenos radica en que los mismos no se acomodan fácilmente a las teorías científicas prevalentes y son ignorados y descartados por “imposibles”. Si los fenómenos retan directamente a los conceptos ya aceptados por el establecimiento científico atraen el ridículo. Sin embargo, la historia ha demostrado que muchos de los grandes descubrimientos científicos surgen del desarrollo de ideas “disparatadas” o “locas”.
Según LeShan (2) lo que se conoce sobre los fenómenos psíquicos se puede resumir de la siguiente manera:
1. Algunas personas demuestran que poseen información específica y concreta que no puede lograrse a través de los canales sensoriales o por extrapolación de datos obtenidos a través de los sentidos. Tal es el caso de los fenómenos telepáticos, clarividentes o precognitivos.
2. El espacio u otros factores físicos (muros, curvatura de la tierra, montañas, océanos) existentes entre la información original y la persona que demuestra poseerla, no son factores determinantes.
3. Los factores emocionales son los que principalmente establecen la unión entre el origen aparente de la información y el individuo que demuestra tener ese conocimiento.
4. Muchas personas se vuelven ansiosas cuando oyen o leen artículos de opinión sobre los fenómenos paranormales o encuentran información sobre la existencia de los fenómenos psíquicos.
Se han postulado tres hipótesis para explicar estos fenómenos psíquicos. La primera se refiere a la existencia de una facultad extrasensoria superior en los casos de telepatía o de clarividencia. La segunda considera que las evidencias pueden ser explicadas mediante la existencia de seres desencarnados. Es decir, postula que existe algo relacionado a la personalidad que no cesa en el momento de la muerte corporal. La tercera incluye a los dos anteriores.
¿CÓMO SE DIFERENCIA UN FENÓMENO PARANORMAL DE UNO NORMAL?
Las condiciones que favorecen la producción de los fenómenos normales también facilitan a los paranormales (80-82). En realidad, sólo dos diferencias existen entre ellos y consisten en la localización del ¨secreto¨ y la frecuencia de los fenómenos observados. En la percepción normal el misterio radica en cómo la información pasa de nuestro cerebro a nuestra conciencia o viceversa, y en la percepción paranormal (telepatía, curación a distancia) el secreto está en cómo la información pasa de la conciencia de otro individuo a mi conciencia. Nos intrigan los segundos y no los primeros porque las percepciones normales son comunes mientras que los fenómenos paranormales son más raros (2).
Es necesario recalcar que los análisis de laboratorio en las ciencias naturales han desempeñado un importante papel en el intento de comprendernos y de conocer la naturaleza del mundo que habitamos. El método experimental y el laboratorio son elementos irremplazables de la ciencia; sin embargo, utilizándose exclusivamente, como se pretende hacer, para analizar los fenómenos psíquicos o paranormales puede conducirnos a seguir ignorando otras realidades.
Los investigadores de los fenómenos paranormales han demandado, sin éxito, que las personas comiencen a creer en hechos ¨imposibles¨ según su concepción de la realidad. Su tarea principal debería orientarse a la modificación de sus propios preceptos para hacer que hechos imposibles se hagan posibles y, por lo tanto, creíbles. Ese objetivo sólo lo pueden lograr explorando y modificando su propia definición de la realidad que decidirá lo que es posible y lo que es imposible.
Ideas y concepciones que se adoptaron en el pasado como una verdad incontrovertible sobre la realidad fueron descartadas posteriormente por falsas. A pesar de que los fenómenos paranormales han sido declarados imposibles, un gran porcentaje de científicos cree en su existencia. En una encuesta realizada en más de 1000 profesores universitarios en los Estados Unidos, el 55% de los naturalistas, el 66% de los científicos sociales y el 77% de los académicos en las artes, las humanidades y la educación reportaron que los fenómenos psíquicos son hechos establecidos o muy probablemente ciertos (83). Quien se dedique a la investigación en este campo es preciso que entienda que cualquier autor que escriba sobre la falsedad de un evento paranormal reportado previamente, puede contar con una amplia publicidad. Pero, quien publique o trate de publicar, sobre un evento claramente paranormal, puede contar con lo contrario. De allí que si va a investigar estos fenómenos científicamente, la teoría debe inclinarse siempre ante los hechos. Ya el famoso psicólogo norteamericano William James afirmaba que la existencia de un cuervo blanco probaba que no todos los cuervos son negros (2).
Debemos estar claramente conscientes de que nuestras creencias cambian, que la humanidad sigue fielmente a los descubrimientos científicos sin importar los cambios que ellos producen. En pocos años, hemos pasado de ser una sociedad con dificultades para establecer una comunicación entre sus miembros a otra en la cual los teléfonos celulares y el Internet nos permiten comunicarnos con cualquier persona que habite en este planeta. Nuestro deber es, por lo tanto, actuar como científicos. La ciencia no avanza exclusivamente con los experimentos controlados realizados en un laboratorio. El reporte de casos de fenómenos paranormales observados y estudiados por científicos serios, honestos y fieles a la verdad, es importante para el avance de esta ciencia, simplemente porque no está claramente establecida cual aproximación, la cualitativa o la cuantitativa, será definitivamente de mayor utilidad para la comprensión y el desarrollo en este campo.
CURACIÓN ESPIRITUAL
Para adentrarnos en el estudio de la curación espiritual debemos empezar por preguntarnos lo que ocurre después de la muerte. Según el físico cuántico Amit Goswami (84), el cuerpo físico muere, con todas sus memorias clásicas, pero la mónada (el espíritu), no tiene estructura, no tiene nada que morir. El espíritu con su memoria cuántica, con sus componentes mentales, permanece disponible como un conglomerado de posibilidades mentales y vitales. Esta mónada cuántica es un modelo viable de lo que el Libro Tibetano de los Muertos y otras tradiciones espirituales identifican como el espíritu sobreviviente. Por lo tanto, el espíritu forma un continuo con las encarnaciones físicas porque lleva consigo parte de la identidad individual, el carácter, las tendencias mentales y los sentimientos, los contextos aprendidos mentalmente, las fobias, el rechazo de ciertos contextos; en fin, los patrones de buenos y malos hábitos que las tradiciones espirituales denominan karma.
Al nacer, el espíritu trae el karma a la presente encarnación. Al morir, la mónada continúa con el karma acumulado en esta vida (84). La reencarnación no es un concepto enteramente originado y propagado en el Lejano Oriente. En efecto, fue aceptada por el judaísmo y en ese ambiente fue precisamente donde nació Jesús de Nazaret. El cristianismo lo incorporó hasta el año 553 después de Cristo, cuando en el Quinto Concilio Ecuménico se dictó un decreto contra la idea de que el espíritu pudiera reencarnar. Algunos estudiosos afirman que el Concilio nunca dictó ese decreto (85).
La reencarnación también es abrazada por los sufíes (una rama esotérica del Islam), el judaísmo hasídico, los gnósticos y otras tradiciones místicas cristianas (85). Pero la idea de la reencarnación ha sido sostenida también por pensadores apartados del contexto religioso, tales como Pitágoras, Platón, Emerson, Benjamin Franklin, Goethe y Schopenhauer.
En 1903, Myers, de la Sociedad Inglesa para la Investigación Psíquica, publicó un excelente trabajo donde especulaba sobre la sobrevivencia de la consciencia (86). Ian Stevenson (87) dedicó gran parte de su vida científica al estudio de niños que recordaban una vida previa. Estos casos fueron inicialmente descritos en países y culturas con fuertes creencias en la reencarnación tales como los países budistas e hinduistas, los chiítas del Líbano y Turquía y algunas tribus del África Occidental y del noroeste de los Estados Unidos. También reportó casos en Europa.
Estas fuertes creencias en la reencarnación hacen posible que los niños que desean hablar sobre sus vidas previas lo hagan sin ser reprendidos, como lo serían en los países occidentales. Stevenson investigó casos de niños con severos defectos de nacimiento que derivan de vidas anteriores. Tal es el caso de Charles Porter y Henry Elkin en Alaska, quienes tenían marcas de nacimiento relacionadas a su muerte en la vida previa por apuñalamiento y por herida de arma de fuego, respectivamente. Estos niños a menudo presentan una conducta no común, que luce apropiada para la vida que ellos refieren haber vivido. Si el niño en la vida anterior murió ahogado, puede desarrollar una fobia extrema al agua. Si la persona fallecida era del sexo opuesto, el niño puede presentar confusión de género o conductas apropiadas al sexo anterior. Estos niños habitualmente dejan de hablar de sus vidas anteriores entre los cinco y los ocho años de edad, aunque las conductas asociadas pueden persistir hasta la adultez (88, 89).
Luce aparentemente evidente que la conciencia puede persistir en ausencia de la función cerebral. Si se acepta el modelo que asume que es la conciencia y no la materia la base de todo cuanto existe, lo que sobrevive es el espíritu o mónada cuántica (17). Este paradigma es un monismo basado en la primacía de la conciencia cósmica (Dios, Tao, Brama, Eloí o Padre Creador) que es única y trascendente pero que se multiplica en muchos seres sensibles como nosotros. Todo el mundo de la experiencia, incluyendo la materia, es la manifestación de formas trascendentes de la conciencia. Existe, por lo tanto, el espíritu que sobrevive a la muerte del cuerpo y reencarna en otro cuerpo para formar un continuo.
La conciencia tiene el poder final (causación hacia abajo) para crear la realidad manifiesta mediante la libre selección entre las diferentes posibilidades. La conciencia se presenta así no como un epifenómeno del cerebro sino como la base del ser, en la cual todas las posibilidades materiales, incluyendo el cerebro, están incluidas (17). En conclusión, la conciencia individual no se desvanece cuando cesan las funciones del cuerpo y del cerebro. Ella persiste y puede ser contactada.
Parecería como si el holograma que codifica todas las experiencias de una vida mantiene un nivel de integración que le permite una forma de existencia autónoma, Aun cuando ya no esté asociada a un cerebro, es capaz de recibir información y responder al mundo manifestado. Para que la idea de que la conciencia colapsa las posibilidades cuánticas en actualidad tenga sentido, el legado Cartesiano del pensamiento dualista sobre la conciencia debe darle paso a un pensamiento idealista monista. En este último caso, la conciencia es todo, es la base de todo ser, la realidad última. La conciencia puede colapsar las posibilidades materiales porque ella trasciende el universo material, está más allá de las jurisdicciones de la mecánica cuántica. Todas las posibilidades están dentro de la conciencia. Cuando ella escoge, simplemente reconoce una de las posibilidades, no hay una mediación de una tercera sustancia, y por lo tanto, no se produce un intercambio de energía dualista (17, 90). Está reconociendo y escogiendo entre las posibilidades que ya están presentes. Nosotros somos conciencia y es la misma conciencia para todos. En la física cuántica no existe el espacio ni el tiempo hasta que la conciencia haya escogido colapsar un evento. Un accidente presente puede estar correlacionado con otro en el pasado o en el futuro.
La no localidad cuántica es un mecanismo que puede explicar la reencarnación. De allí que en el mundo de lo manifiesto, donde vivimos, las diferentes reencarnaciones de un espíritu aparecerían desconectadas, pero en verdad están conectadas por el hilo de la no localidad cuántica, por la transferencia no local de información. La reencarnación es progresiva o, en el peor de los casos, mantiene el status quo, pero no es regresiva. La visión cuántica y la mística es que el espíritu no tiene una existencia separada de la conciencia cósmica (Dios). El espíritu es una entidad limitada que asume la conciencia con el propósito de explorar posibilidades. Cuando todas ellas han sido exploradas, la identidad del espíritu se funde con Dios (17).
Se han descrito muchos casos de recuerdos de múltiples vidas, hasta nueve, es el caso de una niña surafricana (17). Estos reportes apoyan la idea de la existencia de una ventana no local que conecta las reencarnaciones pasadas, presente y futuras de una mónada (espíritu). Existe además, una amplia literatura sobre la regresión a vidas pasadas mediante la hipnosis (91-94).
COMUNICACIÓN DESPUÉS DE LA MUERTE
Para Laszlo (95), la explicación de la comunicación después de la muerte requeriría una teoría desarrollada independientemente que explicaría la naturaleza de la conciencia y la posibilidad de su persistencia después de la inactivación del cerebro con el cual estaba asociado. Postuló la “teoría de la información, registro, conservación y transmisión del pleno cósmico” que trataría de explicar está comunicación como un proceso natural mediado por el campo Akáshico del pleno cósmico. El principio clave es la transferencia de información entre hologramas generados por ondas interferentes en el pleno cósmico. Se sabe que todos lo objetos emiten ondas de frecuencias específicas. Cuando estas ondas encuentran otros objetos, una parte es reflejada por el objeto y la otra parte es absorbida por el mismo objeto el cual queda energizado y crea otro campo de onda que regresa hacia el objeto que emitió la onda inicial. La interferencia entre la onda inicial y la onda de respuesta crea un holograma que contiene información de los objetos que originaron los campos de ondas. La información almacenada en ese holograma está disponible en todos los sitios donde penetran las ondas creadas. Puede ser transmitido de holograma a holograma, si resuenan a la misma frecuencia o a una frecuencia compatible. En esta teoría se propone que se trataría de ondas escalares que son ondas no vectoriales, que transportan información pero no energía. Los patrones de interferencia de estas ondas forman hologramas que duran indefinidamente en el pleno cósmico. Las informaciones que ellos transportan permanecen disponibles para ser intercambiadas con aquellos hologramas que resuenan a frecuencias compatibles. Por lo tanto, la comunicación después de la muerte ocurre cuando el holograma que contiene todas las experiencias vividas por la persona fallecida entra en resonancia con el holograma creado por el cerebro del médium. En tales circunstancias, el holograma en el campo Akáshico de la persona fallecida tiene acceso a la información codificada en el campo Akáshico por el cerebro del médium.
¿CÓMO PERSISTE UNA CONCIENCIA QUE NO ESTÁ ASOCIADA A UN CEREBRO VIVIENTE EN EL PLENO CÓSMICO?
Aunque se desconoce este mecanismo, Laszlo (95) trata de explicarlo a través de la teoría del campo Akáshico, la cual nos señala que las trazas holográficas de la conciencia asociada con un cerebro viviente son conservadas en el pleno cósmico.
La transcomunicación sugiere que el pleno contiene no sólo un registro pasivo de la conciencia de una persona, creado durante toda su vida y luego persiste sin cambiar, sino que almacena un manojo de información dinámica, basada en las experiencias acumuladas en esa vida. En condiciones apropiadas, esa información es capaz de un desarrollo autónomo, a pesar de la ausencia del cuerpo con el cual estuvo ligada. Para que esto ocurra se han postulado varias hipótesis. De acuerdo a los místicos y a la tradición esotérica, varias capas componen a un ser humano como las hojas de una cebolla; ellas corresponden al cuerpo físico, el alma y el espíritu. Cuando el individuo muere, su alma y su espíritu abandonan el cuerpo físico, pero llevan consigo lo que las tradiciones espirituales denominan karma. Al nacer, el espíritu trae el karma a la presente encarnación. Después de la muerte física, el espíritu continúa con el karma acumulado en esta vida (76-78, 84).
Otra hipótesis explica el fenómeno de la transcomunicación mediante la física moderna, que concibe a las conciencias desencarnadas como ondas imperceptibles por los órganos sensoriales pero que, sin embargo, son reales. Los científicos que apoyan esta hipótesis señalan que muchas de las ondas que se propagan en el espacio no pueden ser percibidas directamente pero deben ser deducidas a través de una cadena compleja de razonamientos. Algunas ondas, como las electromagnéticas, dentro de un rango específico, pueden ser transformadas en forma perceptible por los sentidos mediante instrumentos electrónicos. Algunas de esas ondas pueden ser percibidas por los “psíquicos” quienes recibirían comunicaciones directas o instrumentales indirectas (95).
Las dos hipótesis pueden ser combinadas. La capa espiritual (espíritu) podría ingresar a un campo de ondas mayor e integrarse con otras capas espirituales, en el campo Akáshico.
El sitio lógico para buscar una explicación científica del misterio de la comunicación con seres desencarnados, sería la física de la teoría de los campos complejos y no la metafísica del alma y del espíritu (95). La coherencia no local entre los cerebros y las mentes de diferentes individuos produce un buen número de los fenómenos paranormales tales como la telepatía, la visión remota o clarividencia y la curación a distancia. En estos casos la coherencia no local entre las mentes de los individuos está mediada por sus cerebros y sus cuerpos, pero qué pasa con la conexión y la coherencia con una mente que no está asociada a un cerebro y cuerpo viviente.
La posibilidad de comunicarnos con personas ya fallecidas ha colmado la imaginación de los seres humanos desde tiempos inmemoriales. La comunicación después de la muerte se ha realizado a través de los médiums. Sin embargo, también se ha logrado inducir con técnicas modernas como las utilizadas por el psiquiatra Alan Botkin quien la ha inducido en cerca de tres mil personas mediante lo que ha denominado “reprocesamiento y desensibilización sensorial” que consiste en una serie de movimientos oculares rápidos. Reportó que el 98% de los individuos que utilizan esta técnica han logrado comunicación con seres fallecidos. Sus resultados no dependen de la relación del sujeto con la persona fallecida. Lo ha logrado en sujetos profundamente religiosos, pero también en agnósticos y ateos. Las personas refieren que su conexión telepática es real y les produce un cambio instantáneo de un estado de tristeza a uno de elación (95).
Mucho más controversial es lo que se ha denominado “transcomunicación instrumental” como la reportada por Laszlo (95) con el investigador psíquico italiano Marcello Bacci que en los últimos 40 años ha estado oyendo voces a través de su radio y está convencido de que corresponden a personas que han muerto. Los experimentos de Bacci han sido ampliamente estudiados por científicos de diferentes especialidades. En 1996, Mario Festa, un físico nuclear de la Universidad de Nápoles midió los campos eléctricos y magnéticos alrededor del aparato de radio cuando se oían las voces. Con el radio apagado, el campo eléctrico fue de 0,71 V/m (voltios/metros) y el campo magnético fue de 0 militesla. Con el radio encendido, el campo eléctrico se elevó a 2.15 V/m y el campo magnético a 0,11 militesla. Cuando las voces de las personas fallecidas comenzaron a oírse, el campo eléctrico osciló entre 0,54 y 0,81 V/m y el campo magnético permaneció en 0 militesla. Este resultado era inesperado, porque una transmisión de una fuente normal habría elevado los campos eléctricos y magnéticos hasta alcanzar un valor semejante al obtenido cuando el radio estaba encendido y operando regularmente (95).
La “transcomunicación instrumental” o “fenómeno de la voz electrónica” fue ampliamente estudiada por Konstantin Raudive (96) quien grabó más de 70.000 voces emitidas por fuentes inexplicables y paranormales, de las cuales 25.000 contenían palabras identificables.
Hans Otto König, un ingeniero electroacústico alemán experimentó con varias fuentes de ruido de fondo, además de la estática del radio. Diseñó una fuente de sonido de fondo que consiste de 4 generadores de sonido que producen una mezcla compleja de frecuencias superiores al rango audible por el oído humano. De esta manera, König recibió comunicaciones anormales de voces durante varios años (95).
Anabela Cardoso (97) utiliza radios antiguos y ha recibido respuestas a sus preguntas. Está tan convencida de la veracidad del fenómeno que fundó una publicación periódica: The Instrumental Transcomunication (ITC) Journal. De acuerdo a Fontana (98), quien fue testigo de varios experimentos de Cardoso quedó descartada la posibilidad de fraude o interferencia de otras personas.
Las diversas formas de transcomunicación instrumental incluyen radios, televisores, teléfonos y computadores.
¿POR QUÉ LA COMUNICACIÓN CON SERES DESENCARNADOS NO ES RECONOCIDA POR LA COMUNIDAD CIENTÍFICA?
En primer lugar, porque la comunicación extrasensoria generalmente no ocurre espontáneamente, aunque puede hacerlo, y cuando esto último sucede la impresión que produce en las personas es tan intensa que logra originar un cambio sustancial y permanente en la visión que tiene sobre la realidad. En la mayoría de los casos la comunicación extrasensoria necesita ser facilitada por un estado alterado de la conciencia que produce cambios electroencefalográficos conocidos, con predominio de ondas alfa, beta y ocasionalmente delta. Estos estados ocurren espontáneamente en la meditación y en las experiencias religiosas, pero las personas promedio rara vez los experimentan. Pero también pueden ser inducidos mediante la hipnosis por psiquiatras, líderes espirituales y chamanes, por ejercicios de respiración, danzas, toque de tambores y por drogas psicodélicas.
En segundo lugar, para que ocurra la comunicación después de la muerte la mente del receptor debe tener un estado particular de sensibilidad. Es probable que en las sociedades tradicionales mucha gente posea la sensibilidad requerida. Lo que las culturas occidentales consideran paranormal, para las culturas tradicionales puede ser perfectamente normal; por ejemplo, la telepatía entre los aborígenes australianos, las experiencias de vidas pasadas en la India y el Tibet y la comunicación con los espíritus de nuestros ancestros en Asia, África y Latinoamérica.
En tercer lugar, en el mundo occidental la mayoría tiende a ignorar o reprimir de sus conciencias aquellos fenómenos que no encajan en los presupuestos del empirismo clásico. Según Fontana (98), la resistencia a asuntos relacionados a la vida después de la muerte se observa no sólo en la ciencia establecida sino también en las religiones organizadas, en el público en general y paradójicamente en la parapsicología académica, la disciplina creada para investigar los fenómenos anormales.
Muchos parapsicólogos temen que la investigación sobre la mediumnidad, las apariciones y otros fenómenos relacionados con la sobre vivencia evitaría su aceptación por parte de la ciencia establecida.
¿CÓMO SE PRODUCE LA CURACIÓN ESPIRITUAL?
Para entender el fenómeno de la curación espiritual es necesario adentrarse en el conocimiento del espiritismo. Allan Kardec codificó la doctrina filosófica que a finales del siglo XIX se transformó en el centro del movimiento espiritista. Kardec recibió, a través de dos médiums, las comunicaciones que compiló en su primer libro: “El Libro de los Espíritus” (99). Posteriormente, publicó “El Libro de los Médiums” (76). Según el espiritismo, existe un principio individual de la conciencia (el espíritu) que sobrevive al cuerpo y puede interactuar con el mundo visible. El espíritu alterna entre una vida de aprendizaje y una existencia entre las vidas, hasta lograr su perfección.
La doctrina kardeciana promulga la reencarnación y la posibilidad de la comunicación con los espíritus; acepta el concepto de la evolución espiritual y la ley de causa y efecto (karma). Carece de rituales religiosos y preconiza la benevolencia para todos, la indulgencia para las imperfecciones de otros y el perdón a las ofensas.
Para Trincado (78),”El espiritismo es la vida eterna y continuada. La vida es la eterna verdad; y como el espíritu es la vida, ésta es el asiento del espiritismo. El espiritismo es todo el universo solidarizado; es la omnipotencia, porque es la suma de las potencias de todos los espíritus. El espiritismo es la sabiduría, porque ésta es la suma de la sabiduría de los espíritus, que en la luz, cuando el hombre es trino, dispone en ley y justicia de toda la sabiduría y la omnipotencia solidarizada. El espiritismo es, en fin, todo, porque su único maestro es el Creador Universal, cuyo nombre en el infinito es Eloí, el que sólo tiene por ley, amor; y amor es la ley del espiritismo”.
Existen evidencias de la sobrevivencia del espíritu obtenidas a través de médiums (76, 78, 79, 100-102). En Brasil, el espíritu del cirujano alemán Dr. Fritz ha sido incorporado por una serie de médiums, los cuales son personas ordinarias sin formación quirúrgica, pero cuando lo incorporan realizan intervenciones sin anestesia ni higiene adecuada (103).
La conciencia no puede colapsar ondas de posibilidades de una mónada cuántica en ausencia de un cuerpo físico, pero si la mónada cuántica o espíritu desencarnado está relacionado con un médium, el colapso puede ocurrir (17). Los médiums tienen un talento particular y la apertura para actuar en ese sentido; por la pureza de sus intenciones ellos pueden establecer correlaciones no locales con un espíritu desencarnado. Cuando el médium está incorporado, su manera de hablar y su pensamiento sufren cambios porque está en comunicación con el espíritu desencarnado. El espíritu del médium es temporalmente reemplazado por el de la entidad desencarnada, cuyos hábitos reemplazan a los del médium.
Según Trincado (78), “todos los médiums, por el hecho de serlo, tienen grandes responsabilidades y son (por naturaleza) delicadísimos, como los gusanos de seda. Todo les molesta y todo les subleva, hay que estar con ojo avizor sobre ellos y estudiarlos con toda frialdad y jamás conviene la adulación a su alrededor, pero aún menos el desprecio; las dos cosas pierden al médium, por lo cual hay que mantenerlos en la realidad de las cosas; en el término medio verdadero, para evitarle el orgullo o el tedio a las facultades que le son pesadas siempre, hasta que está en su perfecto desarrollo, que es cuando él solo se basta para rechazar la influencia extraña y sólo se entrega cuando su espíritu está cierto de que el que se le arrima para posesionarse, está en la justicia. El médium tiene todas las armas necesarias para su defensa. Pues la ley es una y el más domina al menos; causa por la que, puede ser muy grande la potencia dinámica del médium y la de sus guías y afinidades, pero puede ser mayor la influencia del ambiente y ser dominado por el detractor; en este caso, la responsabilidad es del círculo que lo rodea".
Existen suficientes evidencias para apoyar la hipótesis de la existencia de seres desencarnados:
1) las experiencias fuera del cuerpo, en las cuales los sujetos refieren haber cambiado su identidad para transformarse temporalmente en un ser desencarnado.
2) las tendencias y marcas de nacimiento observadas en niños que refieren haber vivido una vida anterior a la actual.
3) los médium que canalizan entidades cuyos caracteres asumen temporalmente.
4) la gente que recibe consejos y guías de entidades desencarnadas (guías espirituales); tal es el caso del Padre Pío quien recibía la ayuda de su ángel guardián para traducir el griego, un idioma que le era desconocido (104).
Las curaciones espirituales, o mediante espíritus incorporados por médiums, son realizadas por médicos desencarnados quienes diagnostican y prescriben tratamientos que generalmente son de la medicina científica convencional pero, con no poca frecuencia, utilizan procedimientos desconocidos por la medicina moderna, basados en el manejo de campos energéticos que apenas están siendo estudiados por los físicos. La medicina espiritual reconoce sus límites y no interfiere con el llamado destino o karma de los enfermos. La mente es considerada como un atributo del espíritu y las intervenciones corporales pueden ser mediadas por el espíritu. En cualquier caso, siempre es necesaria la opinión de un médico convencional calificado para identificar la alternativa terapéutica que produciría mayor beneficio al paciente.
Un caso emblemático del ejercicio de la medicina espiritual lo representa el médium brasileño João Teixeira de Faría (Juan de Dios) quien practica su actividad sanadora en el pueblo de Abadiania, situado a unos 115 kilómetros de Brasilia. En este pueblo se encuentra la ¨Casa de Dom Inácio de Loyola¨ donde las Entidades espirituales ejercen su actividad sanadora a través del médium João. Los miércoles, jueves y viernes de cada semana cientos de personas vestidas de blanco (para que su campo energético sea más visible) acuden a la Casa buscando la curación de sus enfermedades. El médium João es un hombre humilde que incorpora Entidades, muchas de las cuales fueron médicos en encarnaciones previas, tales como Augusto de Almeida, Oswaldo Cruz, José Valdivino, Bezerra de Meneses, Andre Luiz y otros (105). Las extraordinarias habilidades y dedicación del médium João y la falange de espíritus compasivos que incorpora, han sido estudiadas científicamente (106).
Se han realizado documentales y escrito varios libros que han mostrado a millones de lectores los testimonios de miles de enfermos que han sido tratados y curados por este fenómeno científico que es el médium João (103, 105-111). Miles de personas viajan a Abadiania, desde diferentes países del mundo en busca de la ayuda y curación de sus enfermedades, muchas de las cuales no han respondido favorablemente al tratamiento médico convencional. Otras acuden con el fin de lograr una transformación espiritual.
Cientos de médicos, científicos, físicos, políticos, profesores universitarios, artistas y directores de cine, han sido tratados por las Entidades (105). Para realizar las cirugías físicas o visibles, las Entidades siguen ciertos criterios: los pacientes deben ser mayores de 18 años y menores de 53, no sufrir de epilepsia, diabetes o cardiopatías y no deben estar recibiendo quimioterapia, ni radiaciones. Sin embargo, las Entidades han señalado que no hay ninguna diferencia en los resultados obtenidos cuando se practica la cirugía espiritual o la física. Generalmente, esta última se realiza en aquellos individuos que necesitan de una prueba tangible de su proceso curativo. Hasta nueve cirugías diferentes pueden ser realizadas simultáneamente por las Entidades.
Pueden consistir en la introducción en las fosas nasales de unas pinzas de Kelly de 16 cm de largo terminadas en un trozo de algodón humedecido con agua ‘energizada’ o “magnetizada”. Otra intervención consiste en el raspado de la córnea con un cuchillo que se utiliza no sólo para tratamientos de problemas oculares sino para curar otras partes del organismo, ya que el ojo es considerado como representativo de todo el cuerpo. Las Entidades también pueden remover tumores.
Las miles de personas que han recibido tratamiento quirúrgico no sintieron dolor durante la intervención, el sangrado fue mínimo y las heridas no se infectaron.
Se ha tratado de explicar científicamente lo que sucede cuando los pacientes han sido sometidos a cirugías ¨visibles¨. Alexander Moreira de Almeida, Tatiana Moreira de Almeida y Angela María Gollner solicitaron la asistencia del Departamento de Patología del Hospital Universitario de la Universidad Federal de Luis de Fora, Minas Gerais, Brasil. Ninguno de los pacientes intervenidos recibió anestesia química y sólo algunos refirieron un dolor leve durante la operación visible (con incisión). Los instrumentos que se utilizaron fueron cuchillos caseros y bisturí. No se hizo ningún tipo de asepsia. Entre las operaciones realizadas reportaron las siguientes: raspado de córnea, introducción de pinzas de Kelly en los orificios nasales, extracción de piezas dentales, cirugía mamaria y abdominal y la remoción quirúrgica de un lipoma que pesó 120 gramos. Estos investigadores informaron que las cirugías eran genuinas. Los estudios patológicos revelaron que los tejidos extraídos eran compatibles con su origen y correspondían a tejidos humanos. Concluyeron en la necesidad de continuar los estudios e investigar el mecanismo de la anestesia durante las cirugías visibles y la ausencia de infección, a pesar de que el médium João no utiliza guantes quirúrgicos estériles ni medidas de asepsia aparentes (109).
RavenWing (103) reportó haber presenciado varios casos en los cuales las Entidades realizaron tonsilectomías, sin anestesia química. En esas ocasiones estaban como testigos varios médicos quienes confirmaron la extracción de las amígdalas infectadas. Se han documentado curaciones de enfermos con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), desaparición del virus de la hepatitis C y pacientes de SIDA cuya salud y calidad de vida mejoró significativamente después del tratamiento recibido en la Casa.
En las ocasiones en las cuales ninguna curación ha sido posible, las Entidades explican que la razón del fracaso tiene que ver con el karma del individuo, en el sentido de que su espíritu ha escogido esa enfermedad particular para su crecimiento en la vida presente. Las incisiones no sangran o lo hacen brevemente porque aparentemente las Entidades son capaces de desviar energéticamente la circulación del área que está siendo intervenida (105).
Las cirugías físicas practicadas por las Entidades incorporadas por el médium João nos obligan a pensar en un nuevo paradigma. Después de la observación de miles de cirugías realizadas por João y otros médium, más personas se convencerán de las posibilidades de una curación espiritual. Con el pasar del tiempo, se logrará una masa crítica lo suficientemente grande como para que este fenómeno sea parte integral de nuestra mente colectiva y se asocie con la medicina convencional y otros métodos de medicina alternativa o complementaria, con el fin de lograr tratamientos más efectivos.
Según Schwartz y Simon (112), en el campo de la curación por la energía la verdad luce más extraña que la ficción, en particular cuando nos referimos a los sanadores espirituales como Juan de Dios, quien ha sido considerado como un enigma.
Se han realizado miles de videos de sus cirugías, algunos hechos por científicos y médicos, que muestran que los pacientes sufren muy poco o ningún dolor, no se ven estresados y las heridas sangran muy poco.
Savaris (106) entrevistó a 500 personas que habían visitado la “Casa de Dom Inácio” entre julio de 1993 y mayo de 1994; el 74,4% reportó haber sido ayudado y aliviado de sus enfermedades. De estas 500 personas, el 97,4% afirmó tener fe en las facultades curativas del médium João; el 93,2% conocía a otros enfermos que habían sido curados por él; el 89,5% presenció cirugías realizadas sin anestesia química ni antisepsia; el 74% sabía de pacientes curados, sin haber sido sometidos a cirugía visible y el 93,8% confesó que la fe en las facultades de João es importante para obtener la curación, al igual que el ambiente místico de la Casa, las hierbas recetadas (Passiflora “energizada”), el agua bendita, las oraciones, la sopa “bendita” servida gratuitamente a todos los asistentes y la música que se transmite durante las sesiones.
Antes de João, el mundialmente famoso sanador brasileño Ze Arigo (José Pedro de Freita, 1918-1971) fue encarcelado por el ejercicio ilegal de la medicina en 1957, pero el Presidente de Brasil Juscelino Kubitschek, quien había sido curado por el Dr. Adolph Fritz (la Entidad que incorporaba Arigo y quien fue un cirujano alemán que murió en la Primera Guerra Mundial), le otorgó un perdón presidencial y Arigo sólo cumplió 5 meses en prisión de los 15 a los que había sido condenado (109).
Andrija Puharich (113), investigador médico de la Universidad de New York, reportó haber observado más de 1000 casos en los cuales Arigo diagnosticó y trató pacientes con una seguridad asombrosa. El autor manifestó haber quedado impresionado por la certeza en el diagnóstico y la terminología sofisticada en las prescripciones médicas de Arigo. Señaló, además, que el grupo médico que lo acompañaba, no fue capaz de encontrar un error en los nombres de las drogas que prescribía. Miles de intervenciones quirúrgicas fueron realizadas en condiciones que Puharich describió como las existentes en una estación de trenes en las horas de mayor aglomeración. Para satisfacer su curiosidad le permitió a Arigo extraer un tumor benigno que tenía en el codo derecho. En cuestión de segundos Arigo, utilizando una navaja de bolsillo, extrajo el tumor. Puharich no experimentó dolor ni la herida se infectó, a pesar de haberse usado un instrumento no estéril. La escena se realizó en un salón lleno de personas Este investigador, sin embargo, no fue capaz de llegar a ninguna conclusión sobre la realidad del Dr Fritz, como espíritu independiente que se incorporaba a Arigo durante las intervenciones que realizó durante seis años de actividad ininterrumpida hasta su muerte.
Arigo afirmaba que todo lo que hacía era muy simple: “Yo oigo una voz en mi oído derecho y repito lo que me dice”. Esa voz, según Arigo, era la del Dr. Fritz (113).
George Chapman fue un médium sanador inglés muy famoso quien trabajó en la misma época de Arigo. Chapman entraba en trance e incorporaba una serie de espíritus incluyendo al del famoso oftalmólogo inglés William Lang que había desencarnado en 1945. Durante el tiempo que trabajó, realizó desde remociones de cataratas hasta cirugías abiertas de tórax (103).
Una de las médium sanadoras más famosas y mejor estudiadas fue la mexicana Bárbara Guerrero (Pachita). El Dr. Jacobo Grinberg-Zylberbaum, de la Universidad Autónoma de Mexico, la acompañó por mucho tiempo mientras realizaba sus curaciones y sus testimonios dieron fe de las extraordinarias facultades mediúmnicas de Pachita. Se dice que incorporaba al espíritu del príncipe azteca Cuauhtémoc y realizaba intervenciones quirúrgicas asombrosas que fueron presenciadas por médicos, científicos de diversas disciplinas, cineastas y periodistas.
A continuación se describen algunas de las observaciones de Grynberg-Zylberbaum (114): “Una operación fue la de una niña sobre anestesiada. Pachita (en estado de trance) aplicó su cuchillo en la parte posterior de la cabeza. Con un movimiento intenso penetró el cuero cabelludo mientras yo y L. dábamos energía. Abrió el hueso y de pronto un tejido fresco se materializó en su mano izquierda. Con el cuchillo levantó la carne e introdujo ese tejido en el cráneo. Coloqué mis manos sobre un algodón mojado, lo apliqué y me ordenó cerrar la herida la cual cerró instantáneamente”.
“En mis días de estudiante y después como psicofisiólogo pude observar el choque espinal. Basta cortar la médula espinal para dejar paralizada a una persona sin remedio y de por vida. Eso fue, al menos, lo que aprendí en esos días. Nos trajeron a un muchacho de 30 años en una silla de ruedas. En un accidente automovilístico su médula espinal recibió un impacto atroz y la corriente nerviosa proveniente de las áreas motoras corticales dejó de activar los músculos de las piernas. Parálisis de parte del tronco y de las extremidades inferiores fue el resultado. El cuchillo penetró las vértebras y descubrió la médula espinal. Pachita unió los extremos despedazados y pidió un injerto de hueso. Un ayudante le trajo un frasco de vidrio del que sacó un hueso y con el mango del cuchillo lo incrustó en la espalda. Apliqué mis manos y la herida cerró y el muchacho comenzó a mover una pierna. Ligera pero segura, la conexión quedaba reestablecida y sólo era cuestión de tiempo”.
“Después trajeron a un viejito de 85 años que no podía comer. Su esófago se había cerrado hacía meses y sólo se alimentaba de líquidos. Lo hizo acostarse y pasó sus manos sobre el vientre del enfermo. Vio lo que tenía adentro y supo qué hacer. Abrió desde la garganta hasta el estómago e introdujo sus manos en el conducto esofágico. Lo despegó y lo dejó libre. Cerré la herida”.
“La mujer que necesitaba un injerto de vejiga había llegado. Pachita levantó los brazos y vi cómo algo se materializaba entre sus dedos. Es una vejiga, me dijo, sabiendo lo profundo de mi asombro. Una mujer joven entró al cuarto y se acostó. Le hizo un corte extenso e introdujo una mano al interior de la herida. Localizó algo y me invitó a sentirlo. En la tarde de ese día me había cortado un dedo y temí infectar a la enferma o a mí mismo. Iba a decirlo y de pronto me pareció ridículo; introduje mi mano y sentí un conducto delgado. Toca bien Jacobo, y sentirás una piedrita en el conducto renal. La sentí y en ese momento desapareció. Esta niña está curada y no necesita vejiga. Voltee a ver la mesita junto al cuerpo de Pachita y me di cuenta que la vejiga había desaparecido. Cerré la herida y esperé el próximo enfermo”.
“Una mujer entrada en años ocupó la cama. Venía acompañada de su hijo y él dijo que su madre tenía cáncer en las fosas nasales. Pachita introdujo el cuchillo en una de ellas y empezó a raspar. Se tardó varios minutos mientras reconocía el interior de las cavernas y después con una sonrisa dijo: hecho está en el nombre de mi Padre”. “Terminamos a las 12 de la noche. El cuerpo de Pachita se desmayó en ese lapso y después se recuperó. Me miró extrañada y me preguntó que de dónde había yo salido. Su conciencia era tan distinta que no recordaba haberme visto durante las operaciones. Me da mucho gusto verte, Jacobo”.
El psicólogo Alberto Villoldo (115) presentó uno de los más impresionantes relatos de una intervención de Pachita en estado de trance, asumiendo la personalidad de Cuauhtémoc. Durante este procedimiento removió un tumor canceroso de la vejiga de una mujer proveniente de Texas y luego insertó una nueva vejiga humana obtenida de una escuela de medicina local. La operación fue realizada en condiciones sépticas, usando un cuchillo de cazador. Villoldo describe que, siguiendo las instrucciones de la sanadora, él ayudó a remover tejido del abdomen de la mujer y a insertar la nueva vejiga. La intervención fue también presenciada por el Dr. Gabriel Cousens quien expresó lo siguiente: “No tengo la menor duda de que ella estaba abriendo la piel y que había un fuerte olor a sangre. Pude ver la apertura del abdomen y las manos de Pachita entrando a la cavidad abdominal. No tengo la menor duda de que presencié una auténtica cirugía psíquica” .(115)
Para tratar de explicar el fenómeno Pachita, Grinberg-Zylberbaum (114) propuso la Teoría Sintérgica en los siguientes términos: “La mecánica cuántica actual ha desarrollado una concepción acerca de la estructura del espacio que nos va a servir de punto de partida para intentar explicar el trabajo de Pachita”.
“El concepto de la lattice considera que la estructura fundamental del espacio es una red o matriz energética hipercompleja de absoluta coherencia y total simetría. A esta red se le denomina lattice y se considera que en su estado fundamental contribuye al espacio mismo omniabarcante y penetrado de todo lo conocido. La lattice permanece totalmente invisible hasta que alguna de sus porciones (por cualquier causa) altera su estado de coherencia. Una partícula elemental es precisamente una desorganización elemental de la lattice en cualquiera de sus localizaciones”.
“A partir de Einstein, el concepto de espacio ha sido inseparable del tiempo, por lo que la consideración de la lattice del espacio tiempo se refiere a ambos unificándolos. Si la lattice desapareciera, el espacio y el tiempo harían lo mismo. Cualquier objeto “material” es en realidad una organización irrepetible de la estructura de la lattice”.
“El cerebro humano es la conformación más compleja conocida de la estructura de la lattice (exceptuando la estructura fundamental de la lattice misma). Cada una de los doce mil millones de neuronas del cerebro humano junto con todas sus conexiones anatómicas son otras tantas alteraciones de la estructura fundamental de la lattice. Cada vez que una neurona se activa y su membrana celular cambia su potencial de reposo produciendo cambios eléctricos de superficie, la lattice cambia su conformación. Esta alteración ocurre en todas las dimensiones del espacio y se le denomina campo neuronal. En realidad, el campo neuronal y la lattice forman una unidad y es la misma lattice la que sirve de fundamento al campo neuronal. El mundo que conocemos resulta de la interacción entre el campo neuronal y la lattice. Todos vemos un mundo similar porque la estructura de nuestros cerebros es muy parecida y por lo tanto, los campos neuronales que producimos son semejantes aunque irrepetibles y únicos en cada momento”.
“El nivel de conciencia de Pachita era extraordinariamente diferenciado. Durante las operaciones que realizaba, ella era capaz de materializar y desmaterializar objetos, órganos y tejidos. El manejo de las estructuras orgánicas, le permitía realizar transplantes de órganos a voluntad, curaciones de todo tipo y diagnósticos a distancia con un poder y exactitud colosales”.
“Estar junto a Pachita era una experiencia única en la cual se experimentaba el poder de su mente, capaz de conocer los contenidos del pensamiento, las intenciones y las experiencias más íntimas de sus colaboradores y pacientes como si fueran un libro abierto. Además, Pachita lograba penetrar en el tiempo prediciendo eventos futuros como si su campo neuronal en interacción con la lattice del espacio tiempo decodificara y modificara la estructura temporal de la realidad”.
“Todos estos portentos pueden ser explicados si se acepta la posibilidad de que las modificaciones de la lattice producidas por el campo neuronal de Pachita eran capaces de alterar sustancialmente aquélla produciendo conformaciones similares a la de los objetos (en caso de las materializaciones) o retornos a la estructura de la lattice de los objetos (en el caso de las desmaterializaciones”.
“Pachita poseía un control único sobre su campo neuronal transformándolo y modificando con él a la estructura de la lattice. Aunque sus efectos parecían ser milagrosos se basan, de acuerdo con esta hipótesis, en el mismo mecanismo que todos utilizamos para crear nuestras imágenes o nuestros pensamientos”.
“De acuerdo a la hipótesis que he presentado, el campo neuronal de Pachita era capaz de interactuar en forma congruente con una banda de la lattice que ella denominaba Cuauhtémoc. A estas bandas la Teoría Sintérgica las denomina orbitales de conciencia. La Teoría Sintérgica sostiene que la experiencia es la interacción del campo neuronal con la lattice”.
CONCLUSIÓN
La investigación científica multidisciplinaria, libre de dogmas y de ideas preconcebidas, de las conexiones mente-cuerpo y de los fenómenos parapsicológicos, como los observados en los médiums sanadores espirituales, utilizando los más recientes adelantos de la tecnología, conducirá al conocimiento de los mecanismos responsables de la anestesia durante las intervenciones quirúrgicas, de la ausencia de infecciones en las heridas, del sangrado mínimo de los pacientes sometidos a cirugía y de los casos de curación de enfermedades que no respondían a los tratamientos convencionales. Los resultados de estos estudios contribuirían al aumento de las posibilidades diagnósticas y terapéuticas de la medicina contemporánea.
AGRADECIMIENTO A la MSc. Shirley Medina de Leendertz y a la Dra. Leonor Chacín de Bonilla por su valiosa cooperación durante la elaboración de este trabajo.
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